ALIENS

Bienvenidos un día más a este pequeño repaso por aquellas joyitas que nos dejó la década de los 80. Hoy vamos a hablar de la tercera película de James Cameron, la cual no es otra que la secuela de Alien, el Octavo Pasajero de Ridley Scott. Aliens es una película de terror, acción y ciencia-ficción, escrita y dirigida por James Cameron, producida por su entonces esposa Gale Anne Hurd, y estrenada en 1986. En su reparto nos encontramos a Sigourney Weaver, retomando su papel de Ellen Ripley, Michael Biehn, Lance Henriksen, Bill Paxton, Carrie Henn, Paul Reiser y Jenette Goldstein. El argumento de la cinta nos cuenta, a grandes rasgos, el retorno de Ripley al planeta donde tuvo su primer contacto con los alienígenas de la anterior entrega, a petición de la compañía Weyland-Yutani, para comprobar el estado de una colonia enviada para terraformar el lugar, esta vez acompañada de un grupo de marines espaciales.

Tras el éxito de la primera entrega, la productora Brandywine Productions expresó su intención de realizar una secuela inmediatamente, gracias al apoyo del presidente de la 20th Century Fox, Alan Ladd Jr. Sin embargo, la compañía cambió de propietarios ese mismo año y descartaron el proyecto hasta que, en 1983, entraron nuevos ejecutivos en la productora que expresaron su deseo de continuar con la secuela. David Giler le vendió la idea a uno de los ejecutivos de la Fox describiéndola como un cruce entre La Presa de Walter Hill y Los Siete Magníficos. Mientras buscaban un guionista, Larry Wilson leyó el guión de Terminator y se lo pasó a Giler, pensando que James Cameron era el adecuado para el trabajo. Tras ofrecerle el proyecto, Cameron se recluyó durante cuatro días en los que escribió un tratamiento de 45 páginas, el cual no gustó a los directivos, que retrasaron el proyecto. Problemas de agenda de Arnold Schwarzenegger durante el rodaje de Terminator permitieron a Cameron escribir un guión de 90 páginas que impresionó a Larry Gordon, el nuevo presidente de la Fox, quien le dijo que si Terminator tenía éxito, le dejaría rodar Aliens, y ya sabemos como acabó esa historia, ¿verdad?

Cameron quería crear algo nuevo sin repetir la fórmula de la cinta anterior y optó por hacer una secuela de acción más centrada en el terror que en el horror. Tras convencer a Sigourney Weaver para protagonizar la secuela, Cameron tuvo que enfrentarse con la directiva de Fox para que la contrataran, puesto que estos se negaban por disputas salariales. Al final consiguió cobrar un millón de dólares por la película, 30 veces más de lo que cobró por Alien. Weaver apodó a su personaje «Rambolina», al saber la aproximación de Cameron.

Parte de la inspiración para su historia, la sacó Cameron de la guerra de Vietnam, en la que una fuerza tecnológicamente superior se ve atrapada en un entorno extranjero hostil. Otra de sus influencias fue Starship Troopers de Robert A. Heinlein, de la que tomó expresiones como «cacería de bichos» o ideas como la del exoesqueleto de carga.

En cuanto al reparto, Cameron quería actores que pudieran imitar el acento americano y, tras hacer audiciones a más de 3000 actores en el Reino Unido, optó por escoger actores americanos, tres de los cuales venían de trabajar con él en Terminator: Lance Henriksen, Bill Paxton y Michael Biehn. A los actores escogidos para hacer de marines se les pidió que leyeran el antes mencionado libro de Heinlein y que pasaran dos semanas de entrenamiento militar.

Aliens se rodó en los estudios Pinewood, con un presupuesto de 18 millones de dólares, durante diez meses. El rodaje estuvo lleno de problemas entre los miembros británicos del equipo y Cameron, los cuales admiraban a Ridley Scott y creían que Cameron era demasiado joven e inexperto para rodar una película como Aliens. Tras despedir al director de fotografía original por una disputa sobre la iluminación de una escena, la productora Hurd consiguió convencer al equipo para volver al trabajo. Como curiosidad, los decorados usados para rodar el nido de los xenomorfos se usaron en 1989 como interiores de la fábrica de productos químicos Axis en Batman.

La banda sonora también trajo quebraderos de cabeza a su compositor, James Horner, el cual no tuvo tiempo suficiente para componer y grabar la partitura para la cinta, encontrándose con estudios de grabación que no estaban actualizados y teniendo que escribir el tema final de la batalla entre Ripley y la reina Alien en una sola noche. La BSO se grabó en solo cuatro días. A pesar de todos los problemas, Horner fue nominado al Oscar a la mejor banda sonora original por su partitura y, aunque creyó que no volvería a trabajar con Cameron debido a sus disputas, volvieron a hacerlo en 1997 en Titanic, tras escuchar el director el trabajo del compositor para Braveheart.

Los diseños de arte conceptual originales fueron realizados por Syd Mead, que trabajó con los de Cameron para darle a la película varios detalles subliminales que recordaran a la guerra de Vietnam, tales como la nave de aterrizaje de los marines, que era una combinación de un caza F-4 Phantom II y un helicóptero AH-1 Cobra. El transporte acorazado de tropas se fabricó usando un remolcador de las British Airways al que quitaron peso. Las armas de los marines estaban basadas en armas reales: los rifles de pulso se consiguieron mezclando elementos de un fusil Thompson SMG, un rifle Franchi SPAS-12 y una escopeta Remington del 12. Aparte de la reina Alien, que fue diseñada por Cameron, el resto de xenomorfos se mantuvieron iguales al del original de Giger, excepto por la cúpula translúcida de la cabeza.

Los encargados de los efectos visuales fueron los hermanos Skotak, que habían trabajado con Cameron en producciones de Roger Corman. Se crearon miniaturas de los escenarios para rodar varias escenas y Cameron usó todos los trucos a su alcance para hacer que esas miniaturas parecieran más grandes de lo que eran en realidad. Uno de los mayores retos fue el exoesqueleto de carga, que necesitaba cables y una grúa para poder mantenerse en pie, y un especialista que movía los brazos y piernas desde detrás. Los trajes de los alienígenas se hicieron más flexibles para permitir a los especialistas saltar, trepar y reptar. La reina Alien fue construida por el estudio de Stan Winston, medía más de cuatro metros y necesitaba dos operarios dentro del traje que manejaban los brazos y 16 más para mover el resto.

La película recaudó en todo el mundo 180 millones de dólares, diez veces más de lo que costó hacerla, convirtiéndola en una de las cintas clasificadas R con mayor recaudación en la época. También consiguió buenas críticas en el momento de su estreno, siendo considerada como «una secuela que sobrepasa al original». Fue nominada a siete premios de la Academia, entre ellos Mejor Música, Sonido o Montaje, de los cuales ganó dos: al Mejor Montaje de Efectos de Sonido y a los Mejores Efectos Visuales. Weaver también fue nominada como mejor actriz, pero no ganó. También ganó el BAFTA por sus efectos visuales y ocho premios Saturno, entre los que destacan el de Mejor Película, Actriz y Director.

Para su estreno en cines, los representantes de la Fox pidieron que se eliminasen varias escenas que, según ellos, no mostraban nada y malgastaban demasiado tiempo creando suspense. Estas escenas mostraban el momento en que la familia de Newt encontraba la nave alien de la primera entrega, a Ripley enterándose del fallecimiento de su hija debido a su prolongado hipersueño, una escena de las armas inteligentes disparando sobre los aliens y varias escenas extendidas de diálogo ente Ripley y los marines. La mayoría de ellas se recuperaron para el estreno de la película en la CBS en el 89 y, posteriormente, todas ellas fueron incluidas en la versión en DVD. Personalmente, me gusta más la versión extendida que la original, puesto que las escenas de la familia de Newt y la de la hija de Ripley hacen que la conexión madre-hija que se crea entre ambos personajes sea más fuerte y llegue más al espectador.

Y con esto acabamos este repasito a esa joya de la ciencia-ficción que es Aliens, el Regreso, una de las grandes películas del maestro Cameron, antes de irse al lado oscuro con Titanic… Espero que hayáis disfrutado tanto como yo. Hasta la próxima semana.